miércoles, 23 de mayo de 2012

Redescubriendo a Da Vinci a través de sus discípulos

La Gioconda de Leonardo Da Vinci
La Gioconda
El Museo del Prado es una pinacoteca excepcional, pero una pinacoteca que también tiene sus lagunas, una de las lagunas más dolorosas probablemente sea la ausencia de una sola obra original de Leonardo Da Vinci, aunque sea, hasta cierto punto, una laguna lógica, habida cuenta de las poquísimas obras que pintó el genio florentino. Estas lagunas el museo las ha paliado con una buena representación de  sus discípulos y también con alguna copia de alguna de sus realizaciones [...], entre ellas figura la Gioconda... Es así como Miguel Falomir Faus, jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa (hasta 1700) introduce un vídeo habilitado en la página web del museo del Prado con razón de la restauración de la copia de la Gioconda que reside en el Museo del Prado desde su fundación, en 1819, por prodecer de las colecciones reales españolas; sin embargo se desconoce la fecha exacta del ingreso de la pintura en dichas colecciones reales, aunque probablemente se trate de una obra que aparecía citada en el inventario del Alcázar de Madrid, en 1666, donde se habla del retrato de una mujer risueña, atribuido a Leonardo Da Vinci. Según el diario El País, la autoría podría atribuirse a Andrea Salai (que a la postre se convertiría en uno de los amantes del maestro) o a Francesco Melzi.
La copia de la Gioconda del Museo del Prado siempre se ha considerado una copia banal, una más, que presentaba notables diferencias con la pintura original, a la que emulaba, son principalmente tres: el autor de la pintura de El Prado presenta una caligrafía pinceladas más precisas y no utiliza la técnica sfumato de Leonardo, que consiste en una leve difuminación en los trazos; la segunda característica consiste en que la Gioconda original no tiene cejas, al contrario que esta copia recién restaurada y por último y como hecho más significativo, antes de la restauración, era la ausencia de paisaje detrás de la dama sonriente, pues después de la restauración se ha recuperado un paisaje de grandes similitudes con el del cuadro original. La cobertura oscura del paisaje habría sido pintada sobre el mismo, con una capa intermedia, al menos 250 años después de la realización de la pintura base.
La Gioconda del Prado antes y después de su restauración
La Gioconda del Prado
La restauración de la pintura, llevada a cabo por Almudena Sánchez Martín, ha desvelado detalles que no se aprecian en la Gioconda original de Da Vinci, lo que hace ver con otros ojos la obra del italiano. Durante mucho tiempo se pensó que la obra estaba realizada sobre roble, sin embargo los estudios recientes han demostrado que está pintada sobre nogal, un material habitual en el taller de Leonado Da Vinci. Conclusiones como estas son las que han llevado a determinar que la copia se realizó en este lugar, en paralelo a la creación del original, pues es un hecho que Leonardo en su taller permitía a sus discípulos emular obras de su autoría.
La obra estuvo expuesta del 21 de febrero al 13 de marzo- en la sala 49 antes de su traslado al Museo del Louvre para su participación en la exposición La última obra de Leonardo da Vinci. La Santa Ana (29 de marzo - 25 de junio de 2012), para la que estaba comprometida desde el inicio de su estudio hace dos años. Al finalizar la exposición volverá a formar parte de la colección permanente del Museo del Prado como antes de su restauración.

Fuentes: Diario El País y página web oficial del Museo del Prado. Las imágenes son los cuadros oficiales expuestos en sus correspondientes museos.

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